Un Guiri muy goloso

Letreros, seguro que en más de una ocasión os habéis cruzado con alguien que no se encuentra en su hábitat natural, e incluso nos atrevemos a decir que a vosotros os ha tocado interpretar ese papel.

El personaje que parece estar fuera de lugar en esta ocasión es:

#EntrenaTusLetras #escritora #escritor #SinJugadoresNoHayJuego


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2 respuestas a «Un Guiri muy goloso»

  1. Avatar de ENIAC
    ENIAC

    Shiori Morita tenía un problema con la comida. Pero para ser más precisos, con su debilidad: los wagashi. Su orondo cuerpo proclamaba con efusión la dulzura que ingería. Sus compañeras de instituto solían afearle su aspecto y reían a escondidas su torpe aspecto y lento caminar.
    Hisashi Kimura no era distinto. También sufría las miradas acusadoras de sus colegas de clase. Un día, Shiori e Hisashi se conocieron. Y comenzaron a salir. Decidieron ignorar a los normales. Éstos, sin embargo, no cesaron en su acoso. Tuvieron que invocar a Hakushon Daimao.
    Les concedió un deseo: Convocar a los ofensores en la tienda de convini para darles una lección. El genio tras el mostrador. Cuando comenzaron a reírse de Shiori e Hisashi éste se convirtió en Samurai, desenvainando su Katana. —¡QUÉ DULCES SOIS! —Gritó. El resto es otra historia.

  2. Avatar de Alicia
    Alicia

    Entre las ruinas del pueblo arrasado el aguerrido samurái todavía blandía su katana que ensangrentada ya no brillaba al sol. Entre escombros y muertos avanzaba por las calles de la pequeña aldea. Entre el olor del humo un aroma dulce le hizo husmear el aire. Entre la duda de si era cosa de su imaginación, siguió avanzando hasta llegar frente a la puerta de una pequeña tienda que casi por arte de magia estaba intacta. Solo el viento movía las campanillas de la puerta que entreabierta, le transportó a un paraíso hecho de puro azúcar.
    Atravesó la puerta y entre lágrimas y avidez lleno su boca de los más deliciosos caramelos jamás probados, sabores nuevos, tiras negras como gusanos y otros blandos que se deshacían en su lengua .
    Goloso como era olvidó la sangre y la guerra y se abandonó a la muerte más dulce.

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