Feldespato para este Bucle de Sílabas que sabe a falafel

Letreros, probablemente estéis ante el día de la marmota de los retos. Ahora lo entenderéis…

Si os damos esta sílaba: Do

#EntrenaTusLetras #escritora #escritor #SinJugadoresNoHayJuego


Publicado

en

por

Etiquetas:

Comentarios

5 respuestas a «Feldespato para este Bucle de Sílabas que sabe a falafel»

  1. Avatar de ENIAC
    ENIAC

    Felpa blanca, sujetando su rubia melena. Ahora que mis ojos se cierran, giro mi cabeza hacia la ventana, escrutando entre el polvo que danza a través de los rayos del sol y vuelvo a su recuerdo, sonriente y enamorada besándome en la cúpula de la torre Eiffel.

  2. Avatar de Iñaki Grant
    Iñaki Grant

    Felpudos y alfombras de terciopelo en bruto, de colores apagados y neutros, nunca antes divisados debido a las multitudes que los atravesaban diariamente, casi sin tiempo para ser limpiados o sustituidos… Pero yo, gran jeque de Catar, he conseguido que acordonen toda el área para llegar con nuestro jet y poder así pedir la mano de mi prometida –Azuleya– en la cúspide de la Torre Eiffel.

  3. Avatar de Jorge
    Jorge

    #BucleDeSilabas
    Felpudo soy a tus pies
    pues me pisas, me pateas,
    me sacudes, me volteas
    y sigo aquí como ves.
    Tan solo aspiro a que un día
    en vez de una suela ruda
    sea tu planta desnuda
    la que pise, ¡qué alegría!
    Te seguiré siendo fiel;
    al menos sé que prefieres
    entre otros, mi falafel.

  4. Avatar de Jorge
    Jorge

    #BucleDeSilabas
    Felpa, tunda, escarmiento
    o llámalo como quieras,
    ¡se lo merecen, son fieras!
    ¡son así de nacimiento!
    ¿Yo racista? ¿estás seguro?
    Así lo dice la ciencia:
    ¿moro malo? una evidencia.
    Pero yo no soy tan duro:
    De uno soy cliente fiel:
    el del kebab de la esquina
    hace el mejor falafel.

  5. Avatar de Susana Amestoy
    Susana Amestoy

    Fel era su nombre de batalla. No venía de Felicidad, ni tampoco era la abreviatura de un sofisticado apodo felino. La prosaica realidad era que se llamaba Felisa y también tenía algo que ver con su habilidad para el sexo oral.
    Apago con desgana el cigarro al oírse llamar:
    – ¡Fel!

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *