«Pero no te olvides…»: Un libro para ayudar a un colegio de Valencia

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Bocatas: un diálogo complejo

Letreros, cuando se trata de entenderse entre dos personas, lo mejor es dialogar.

¿En qué consiste Bocatas?

  • Os damos dos personajes muy concretos.
  • Escribid un diálogo entre ambos personajes, como si rellenarais los bocadillos de un cómic.
  • La extensión MÁXIMA es de 150 palabras.

¿En qué no consiste Bocatas?

  • No añadáis nada que no supongan líneas de diálogo entre los personajes (narradores al margen de la conversación, explicaciones de acciones que realizan los protagonistas, …). Si queréis crear cualquier tipo de contexto tenéis que ser capaces de hacerlo exclusivamente mediante la conversación.

Los protagonistas del día

UN CARNICERO Y UN CLIENTE VEGANO

¿Cómo puedo participar?

Para poder participar, tenéis que dejar vuestro relato en los comentarios de este artículo. Si habéis participado anteriormente en esta web, el texto se publicará (casi) al momento. De no ser así, tendréis que esperar a que aprobemos su publicación, tened un poco de paciencia.

¡A jugar, Letreros, os leemos!

#EntrenaTusLetras #escritora #escritor #SinJugadoresNoHayJuego

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Litteris

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Comentarios

2 respuestas a «Bocatas: un diálogo complejo»

  1. Avatar de Zyang Eroguro
    Zyang Eroguro

    —¿Vas a hacerlo?
    —…
    —Venga, no hace falta que hables. Limítate a pestañ… bueno, a guiñar el ojo derecho.
    —…
    —Mira, estoy empezando a perder la paciencia. A fin de cuentas, sólo estoy, digamos, dándote a probar el género.
    —¡…!
    —A ver, deja que te quite la mordaza.
    —¡Auxilio!
    —Es inútil que grites, aquí no hay nadie que te vaya a escuchar. ¿Entiendes o no la barbarie de la que eres partícipe?
    —¡Loco! ¡Asesino!
    —Mira, esto es muy sencillo. Ni siquiera hace falta que te la comas entera; sólo un par de bocados. Así sabrás qué es lo que, en realidad, estás vendiendo. ¿Quieres que le ponga algo de salsa barbacoa?
    —¡Déjame salir! ¡Psicópata!
    —¿Vas a llorar ahora? No hasta que pruebes el plato. Y deja de moverte: se te va a abrir otra vez el muñón.

    Responder
  2. Avatar de Casaseca.
    Casaseca.

    —¡Buenos días! ¿Quién da la vez?
    —Pero si estamos solos, hombre de Dios.
    —Es verdad, qué despistado soy.
    —Dígame qué le pongo.
    —Una albóndigas de lentejas y berenjenas.
    —¡Anda coño! No te había reconocido, pero si eres el pisaflores de hace un mes.
    —¡Perdón!
    —Te has vuelto a equivocar, Gandhi, lo de los desaboridos es al lado.
    —Es verdad, qué despistado soy.
    —Ya te digo.
    —Es que yo… en realidad… No nada, mejor no.
    —Espera, espera, que ya sé yo por donde vas, prenda.
    —¿Ah, sí?
    —Yo creo que sí. A ver, a ver… ¿Qué te parece esta berenjena?
    —Se ve apetitosa. ¿Es de buena calidad?
    —Ya te digo, como que es de Ávila. Esta la haces en su grasit… digo en su jugo vuelta y vuelta…
    —Calle, calle, que estoy a punto del orgasmo.
    —¿Se la pongo entonces?
    —Me llevo 17 kilos.

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