Litteris Dados por tierra, mar y aire

Letreros, a veces es necesario recurrir a elementos externos para poder definir un reto. Y esta es una de esas ocasiones.

La imagen y las palabras en esta ocasión son:

¿Qué son los Rory’s Story Cubes ©?

Se trata de una serie de juegos de dados en los que se muestra una imagen diferente en cada una de sus caras. El objeto del juego es que, a través de tiradas y de obtener diferentes imágenes, construyáis historias que incluyan los elementos que os han brindado los dados. Si queréis conocer más sobre estos juegos, podéis visitar su web, www.storycubes.com/es/.

*(Desde Litterisweb no tenemos ninguna vinculación comercial ni de patrocinio con esta empresa, pero nos parece de justicia dar a conocer un producto que nos ayuda a crear juegos para vosotros, además de resultar muy divertido).

#EntrenaTusLetras #escritora #escritor #SinJugadoresNoHayJuego


Publicado

en

por

Etiquetas:

Comentarios

4 respuestas a «Litteris Dados por tierra, mar y aire»

  1. Avatar de ENIAC
    ENIAC

    ¿Quién decidió que un simio cambiase las reglas de la evolución? ¿Qué fue antes, el huevo o la gallina? ¿Por qué no un delfín, una vaca, o una oveja fueron nunca capaces de expresar un poema? ¿En qué momento pasó el pez a ser reptil?
    ¿Porqué? , me pregunto.

    Y no encuentro otra razón que el caos de este maravilloso planeta, el polvo de estrellas que un día fecundó a esta bola yerma y ardiente que un buen día comenzó a apagarse, a crear nubes, a inundarse de agua. A ser puente entre la oscuridad y la luz.

    En ese mismo momento mágico, cósmico, el reloj de la vida inició su camino, imparable hasta su extinción, siguiendo su magnífica y excéntrica evolución, reiniciándose innumerables veces hasta llegar al humano. El simio que decidió su destrucción al desarrollar el rayo de la muerte.

  2. Avatar de Jorge
    Jorge

    #LitterisDados
    Para dormirse la OVEJA
    contaba seres humanos
    que, cogidos de las manos
    daban vueltas a una reja,
    mientras un PEZ los observa
    desde fuera del acuario,
    a su vez el escenario
    controlado por Minerva.

    Salió ella de la cabeza
    de Júpiter (no el PLANETA)
    con la encomienda secreta
    de preservar la pureza
    del saber, la inteligencia,
    y ser del comercio el PUENTE
    que también sirva a la gente
    para dar lustre a la ciencia.

    Y fue en ese mismo sueño
    que un RELOJ se derretía
    pues, como Dalí decía
    jamás tendrá el tiempo dueño
    y a veces es como un RAYO
    cuando más lo necesitas
    alargándose en las cuitas
    cual maldición hecha a un payo.

  3. Avatar de Sandra Brinkworth

    La negra. La descarriada. La oveja flaca y despeinada, apartada del rebaño como una nota desafinada en una melodía perfecta. En sus errantes paseos, descubrió un río caudaloso que brillaba bajo el sol como una serpiente líquida. Se acercó con cautela, movida por esa curiosidad que la hacía distinta. En la orilla, el paisaje dolía: rastros humanos, anzuelos rotos, envoltorios vacíos, una herida abierta en la piel del mundo. Pero más allá, entre el reflejo del agua, un pez temblaba en silencio. Corrió hacia él, con la esperanza latiéndole en el pecho. Quiso salvarlo, devolverlo al río de la vida. Pero al tocarlo comprendió que ya era tarde. El pez yacía muerto, y algo dentro de ella también.
    No entendía por qué el planeta funcionaba así, tan torcido, tan cruel. Por eso era negra, por eso era descarriada: porque no podía acostumbrarse al absurdo de la indiferencia. Sentía que su alma rugía contra las normas tontas del mundo, contra la pasividad de los mansos. Miró el agua y soñó con un puente invisible, uno que la llevara hacia seres verdaderamente humanos, sin maldad ni prejuicios. Quizás —pensó— ese lugar existía más allá de la muerte, en un cielo prometido donde los corazones no tuvieran barro ni espinas.
    Regresó cabizbaja a la cabaña del pastor. El aire se espesaba, las nubes se arremolinaban como bestias furiosas y el olor a tormenta se derramaba sobre la tarde. Desde su pequeño refugio, miró por la ventana al pastor que, fiel a su rutina, merendaba. Miro el relo de pared por sobre la cabeza del pasto, cinco en punto. Afuera, el cielo se deshacía en sombras. Se recostó mirando hacia el horizonte, mientras la lluvia comenzaba a golpear la tierra como un llanto divino. Entonces un rayo desgarró el cielo y partió un árbol en dos. La oveja negra, la descarriada, murmuró entre dientes: “hasta Dios es malo”.

  4. Avatar de Susana Amestoy
    Susana Amestoy

    En el reino de la oveja
    no he elegido ser el pez
    nunca he sido de rebaños
    no podría obedecer

    El planeta de los simios
    no me hace enloquecer
    no hay un puente para lerdos
    que me puedan comprender

    Mi reloj no será eterno
    pero hoy me importa un cuerno
    que os reviente un puto rayo

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *