Fincipio de tocador

Letreros, ¿sabéis de esa complicidad que tienen algunas personas para completar las frases de otros? Os planteamos algo parecido…

¿En qué consiste Fincipio?

Os damos la primera y la última palabra del texto que debéis escribir.
Escribid un relato, comenzando por la primera palabra y terminando con la última.
La extensión MÁXIMA es de 50 palabras.

Ejemplo breve

Si os damos lo siguiente:
-Inicio: CORRER
-Fin: ZAPATILLAS

“Correr es agradable con un buen par de zapatillas.”

¿En qué no consiste Fincipio?

No añadáis nada antes de la palabra inicial ni después de la palabra final.

Las palabras del día

Las palabras en esta ocasión son:

Inicio: PEINANDO
Fin: FRAGANCIA

¿Cómo puedo participar?

Para poder participar, tenéis que dejar vuestro relato en los comentarios de este artículo. Si habéis participado anteriormente en esta web, el texto se publicará (casi) al momento. De no ser así, tendréis que esperar a que aprobemos su publicación, tened un poco de paciencia.

¡A jugar, Letreros, os leemos!

#EntrenaTusLetras #escritora #escritor #SinJugadoresNoHayJuego

Publicado

23 de septiembre de 2025

Retos

por

Litteris

Etiquetas:

Fincipio

Comentarios

3 respuestas a «Fincipio de tocador»

Jorge

23 de septiembre de 2025

#Fincipio
PEINANDO día tras día
sus cabellos uno a uno
(guarda su memoria ayuno)
sonríe con alegría.
Ni sus ojos ni su mente
sabrían decir quién soy
y así, cada día es hoy
para ella, diferente.
Más para mí no hay distancia
sé bien que me reconoce
por mi toque y mi FRAGANCIA.

Responder
LBB

23 de septiembre de 2025

#FINCIPIO

Peinando el cabello, las hebras se deslizan entre mis dedos como recuerdos olvidados. Cada movimiento es lento, deliberado, como si el tiempo mismo se deshilachara en mi piel. Y en el fondo, en el rincón de la habitación, queda esa presencia, tan leve, tan sutil, como una fragancia.

Responder
ENIAC

23 de septiembre de 2025

—¡Peinando voy!
—¡Peinando vengo!
—Con la peineetaa, yo me entretengo.

Con la cantinela en la nuca, los dedos presionando los apoyabrazos y la pituitaria alterada, Don Miguel Schwartz, director de orquesta de la Filarmónica de Viena, se retorcía intentando dilucidar si era peor la melodía del peluquero o su fragancia.

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