Un Guiri subterraneo

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3 respuestas a «Un Guiri subterraneo»

1. 

   ENIAC

   31 de julio de 2025

   La conjunción espaciotemporal que el bucle originó proyectó al faraón Abanibiobonetep mil años materializándose en un extraño y enorme sarcófago metálico dentro del cual podía percibir el sonido del trueno y el vibrar del paso al mundo de los muertos. Cuando despertó el dios Ra lo miraba.
   —Oh, Dios del Sol, ¡Sois Ra! Lleváis el cetro que os identifica.
   —Caballero, Soy Ramón, en efecto y esto es una chequeadora de billetes. ¿Dónde está el suyo?
   —¿Qué es un billete? ¿Es esto el cielo?
   —Esto es el metro, «majestad» y desde Callao hasta Sol tiene que pagar billete.

   —¡Oh Amon Ra, dios del cielo metálico! Que todos estos tesoros que me acomp… ¡un momento!.. ¿dónde están mis cofres?
   —Venga, tira pa’lante, faraón , que solo me falta que digas como te la maravillaría yo. Y no es Amón Ra. Es Ramón.

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2. 

   Jorge

   31 de julio de 2025

   #Guiri
   Hoy el metro iba atestado
   andén y vagones llenos
   y allí, con rasgos morenos,
   veo a un faraón sentado.
   No estamos en carnaval
   ni exhibía algún cartel
   o repartía papel,
   propaganda electoral.

   Sé que era un faraón
   pues llevaba de atavío
   ornatos de gran tronío
   y una cobra en el bordón.
   Sus ojos bien maquillados;
   la nariz, muy respingona
   y en su testa la corona
   blanca y roja de los hados.

   Ajorcas en los tobillos
   más collares y pulseras
   y una falda con palmeras
   ¿llevaría calzoncillos?
   Más oh, mi gozo en un pozo
   cuando al salir de Gran Vía
   nos cantó una bulería
   de Jerez, nos dijo el mozo.
   «Soy la reencarnación
   de la faraona de España
   que es quien canta esta canción».

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3. 

   Rafael Borja Mejia

   31 de julio de 2025

   Se abrió el portal de Orión en las pirámides de Giza. Los aliens abdujeron al faraón y le pidieron ver el futuro. Le dijeron que vería al camello más grande de todos los tiempos. El faraón apareció en un vagón del metro de Tokio, lleno de cosplayers que le preguntaron de qué serie era ese cosplay. Él respondió: «Ra», con cierto gruñido. «Debe ser Yu-Gi-Oh!», dijeron en coro los cosplayers. «No, Ra», repetía el faraón. «Está metido en el personaje», rumoraban los cosplayers.

   Algunos lo tocaban y opinaban que era «muy real» para un cosplay. Lo tomaron de la mano, lo llevaron a la Comic-Con y lo montaron en un escenario; él alzaba el cetro y todos gritaban. Al anochecer, otro grupo de cosplayers lo llevó al metro, evadió el torniquete y se montó al vagón. Lo tocaban y, como se creía un dios, lo permitía.

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